viernes, 8 de enero de 2010

2010

Hacía mucho que no me pasaba. Supongo que la cantidad de cambios que ha habido en mi vida (unidos al agotamiento que de ellos he acabado ganando) han tenido la culpa. Pero hacía varios meses que no me apetecía escribir.

Tengo un par de novelas en mente y, normalmente, cuando pienso en proyectos apenas empezados me suele entrar una especie de cosquilleo en el estómago y unas ganas idiotas de reír al pensar en la cantidad de horas que pasaré disfrutando (y sufriendo, claro) al ponerme a trabajar con ellos porque, para qué engañarnos, al escribir una novela, lo que se disfruta es el principio, cuando pones las primeras palabras, cuando pintas los primeros escenarios y cuando conoces a los personajes por primera vez. Después, lo de montar el puzzle, es mero sufrimiento.

Pues bien, cada vez que pensaba en mi par de proyectos, no había ilusión. Solo pereza, un poco de angustia y más pereza y falta de ganas.

Hasta hoy. No sé si es el 2010, que vuelve a empezar el curso y voy a dejar de tener tiempo (como si lo hubiera tenido durante las vacaciones) o si acaso es eso, la vuelta a la estabilidad lo que hace que vuelvan a surgir mis ganas de escribir.

Pero han surgido y aquí están.

Creo que esta es una de las cosas que le pido al 2010. No perder las ganas de escribir. Me quedaría completamente vacío si perdiera esa motivación.

Feliz 2010 a todos (No hace falta que sea día uno de enero para feRlicitarlo, ¿no? A fin de cuentas, yo os deseo muy felices días todos los ídems).

Nos leemos.

Y nos escribimos.

6 comentarios:

Ruth dijo...

No es tontería eso de la falta de tiempo. Yo trabajo mejor bajo presión, cuanto más tiempo tengo menos hago. Eso sí, la novela la llevo a rastras, nada de ilusión, sino la simple cabezonería de terminar algo que ya he empezado. Y eso que no apesta, aunque más que revisión va a sufrir una reescritura completa.
Feliz año a ti también. A ver si te pasas por aquí más a menudo ahora que vuelves a la normalidad.

///iguel dijo...

Ánimo, Fer. La gota socava la piedra, que decían los latinos. Yo terminé hace dos días el nuevo libro y ando que no me encuentro, como si me faltara una parte del cuerpo.
Un saludo.

Anónimo dijo...

Hola, Fernando

Supongo que a veces ocurre lo que dices: no tenemos ganas de escribir (inexplicablemente). Creo que la presión puede tener algo que ver. Estoy de acuerdo con Ruth: la cabezonería o el afán por terminar algo que hemos empezado nos roba en parte la ilusión y se hace todo cuesta arriba. Pero bueno, año nuevo, y mucha tranquilidad. Recuerda que escribes porque quieres; no te lo pongas como una obligación, porque ya se sabe lo que pasa con ellas.

Un saludo,
naTTs

Blanca Miosi dijo...

Coincido contigo, la parte de la novela que se hace con más ilusión es la primera. Luego vienen los preocesos argumentales, las congruencias, pr que no queden cabos sueltos, etc., es el verdadero trabajo de campo.

Pero siempre es bueno saber que piensas en nuevos proyectos!

Espero que lleguen a buen fin.

Abrazos,
Blacna

leo dijo...

Ferlicidades con muchísimo retraso, rey.
Muchos proyectos e ilusión y fuerza para llevarlos a cabo, es mi deseo para ti, para este año.
Besotes.

Begoña Argallo dijo...

Nunca me había parado a pensarlo pero es cierto, se disfrutan los personajes la primera vez que se vislumbran y cuando les estás encauzando a un final que sabes bien trazado. La parte media es un puro pongo y quito, pienso y despienso, hago y deshago. Todo sufrimiento.
Pero como se les llega a querer, tanto como a los hijos de carne y hueso aunque pueda parecer que no, y cuanto nos hacen crecer.
Yo digo lo mismo que tú, qué sería mi vida sin escribir...