martes, 27 de julio de 2010

Habemus portadam

Había un momento en todo este proceso de edición de una novela en el que no había pensado realmente. Bueno, vale, sí que lo había pensado, pero no le daba prioridad. Durante el proceso de corrección y de edición de la novela, me he obsesionado hasta tal punto con el pulido del texto que todo lo demás pasaba a un punto completamente secundario.

Sin embargo, cuando ayer recibí la portada definitiva de Ne Obliviscaris en mi bandeja de entrada, no pude evitar ponerme a temblar de la emoción.

Siempre he sido muy fetichista y, muchas veces, he escogido un libro por su portada. Me gusta su estética, el hecho de que existan, de que estén en mi casa (de hecho, lo que he ganado con el anticipo de la novela lo he invertido en crear la biblioteca-habitación de invitados de mi casa, porque no podía soportar que mis libros llevaran casi un año en cajas y quería lucirlos) así que, el hecho de recibir la que sería la carta de presentación de mi novela, usando otra lengua que a veces se antepone al castellano en mi cabeza y por eso a veces tengo que corregir tanto, sent shivers down my spine.

La portada me encanta. El equipo de diseño de Edelvives ha sabido captar a la perfección el quid de la novela y no puedo estar más contento. De hecho, ya me he puesto la imagen de cubierta de fondo de escritorio y de fondo del iphone porque soy así de egocéntrico.

Da vértigo.

Da vértigo ver cómo algo que has creado tú está dejando de pertenecerte, que alguien que no eres tú haya cogido el texto y haya creado otra cosa a partir de él. pensarlo es un poco perturbador. Como si alguien sin derecho hubiera cogido algo tuyo, pero al mismo tiempo es emocionante porque, precisamente, no conoces a ese alguien y ese alguien ha creado algo a partir de lo tuyo.

Estoy deseando enseñárosla pero todavía no sé cuándo puedo hacerla pública. Eso sí, en cuanto pueda, seréis los primeros en conocerla.

viernes, 9 de julio de 2010

Galeradas

La verdad es que hasta la palabra es bonita, "galeradas", como si aludiera a uno de esos barcos piratas de la canción que me viene ahora a la cabeza "galeradas, a remar" o algo así.

Es cierto, no podría estar más acertada la letra de la canción porque para llegar a verlas hay que remar, y mucho. Y después de verlas también.

Porque, señoras y señores, hace una semana recibí mis galeradas en el correo electrónico y si ya había estado rebotando por las paredes antes de recibirlas, al hacerlo volví a rebotar con doble efecto, looping mortal y salto del tigre incluido.

La verdad es que ver lo que has escrito tal cual va a quedar, con su letra redondita, sus capítulos ordenados con la fuente elegida, los márgenes, las dedicatorias, los agradecimientos, ¡El ISBN!, la ficha para bibliotecas... hace una ilusión que no podéis imaginaros. Si ya queda bonito en PDF no quiero ni imaginar cómo quedará cuando esté impreso.

Pero, claro, no todo podía ser tan bonito, porque el hecho de recibirlas solo podía significar una cosa: había que revisarlas. ¡Otra vez!

Pero no pesa, es algo que llevo queriendo hacer casi que desde tengo uso de razón.

Así que, a ello me puse, aunque los ojos se me cayeran de sus cuencas al resbalarse por el sudor (vivo en Extremadura, lo del calor está a la orden del día). Y, bueno, la verdad es que no hubo mucho que apuntar. Una mayúscula descolocada, un par de párrafos que estaban "más arriba de lo debido" porque separaban escenas, un error de tilde en una palabra en francés (en el índice: porque hay índice al final!) y poco más.

Así que, ya está hecho, ya he revisado las galeradas. Ya he recibido la sinopsis que irá en la contraportada. Ya he recibido la "biografía" que irá en la cuarta de cubierta.

Ya queda menos para ver finalizado el proceso y no puedo esperar para contaros más, para hablaros por fin de la novela, de sus personajes, de por qué elegí esa trama, del porqué de tantas cosas que estoy deseando que la editorial me dé luz verde para bombardear la red con información.

Así que, estad atentos, porque os hartaréis de Ne Obliviscaris.

(Espero que no)

PD: Y os recuerdo que ya salió el número de Junio de la revista Prosofagia, dedicado al mundo editorial y con una mención que me hace mucha ilusión en el apartado de noticias. No os la perdáis, porque este número va en la línea de los anteriores: colosal.