El otro día se me jodió el PC.
¡¡Drama!! ¡Drama!! ¡¡Tensión!! ¡Tensión!! ¡¡Contractura!! ¡¡Contractura!!
Esa fue exactamente mi reacción cerebral, emocional y física ante ese hecho catastrófico que, por unos segundos, amenazó con robarme la cordura y hacer que me lanzara al vacío desde mi ventana (obviando el hecho de que vivo en un bajo y que mi ventana tiene barrotes). ¿Por qué?
Pensé que, a dos días de presentar mi última novela al premio al que, por casualidad, y más porque me había dado tiempo a terminarla que porque realmente la hubiera escrito "para", había perdido el último manuscrito con las últimas correcciones.
Pero no, señoras y señores, uno tiene cola de zorro (interprétese como buenamente quiera cada uno) y recordó que tenía guardada esa última copia en la cuenta de correo. Cuenta de correo a la que no abrazó porque todavía no ha aprendido cómo abrazar a los entes no físicos, que si no, hasta le habría plantado un morreo que ni en una comedia romántica en su final de fade out.
Así que, sí, he mandado mi última novela a un premio. La verdad es que parto sin esperanza niguna, no porque no crea en la novela, porque no es así. De hecho, creo que es la primera novela de las que he escrito que ha acabado siendo la novela que yo tenía en la cabeza, la novela que quería escribir desde el principio y en la que no ha tenido lugar el desmadre habitual que suele reinar entre mis personajes cuando, de pronto, se me rebelan y dejan de ser lo que yo quiero que sean para ser la consecuencia de lo que yo he escrito que están siendo.
La novela ha tenido cierto éxito entre los círculos donde la he movido (qué interesante suena decir esto cuando lo que realmente quiero decir es que les ha gustado mucho a mis amigos, a mi novia y a mi agente) y, no sé, la quiero mucho (pensé en dormir todas las noches con una copia abrazada al pecho hasta que recordé mi propensión innata a cortarme con los folios y deseché la idea) y, sí, voy a arriesgarme a decir que creo que es una novela que cumple con los objetivos y con la premisa que me planteé al principio y que el tratamiento del tema es original y poco tratado (cosa fruto de una investigación -aquí viene Fer alardeando- de unos cuantos meses en los que disfruté casi tanto como escribiéndola).
El año pasado envié otra de mis novelas al mismo premio y, si bien no ganó, recibió críticas muy positivas por parte de la editora de la editorial (valga la redundancia, cómo odio hablar en claroscuros), a la que gustó mucho pero que desestimó por tratarse de una obra muy clásica.
Cosa que era, además.
Así que esa es la razón por la que he enviado la novela a ese premio, para ver si le gusta a esa buena señora que siempre forma parte del jurado. No tengo esperanzas, sobre todo, porque en ese premio abundan las obras realistas con un trasfondo social, y mi novela tiene cualquier cosa menos esas dos. Pero ¿quién sabe? A lo mejor eso es lo que la diferencia del resto...
¡¡Drama!! ¡Drama!! ¡¡Tensión!! ¡Tensión!! ¡¡Contractura!! ¡¡Contractura!!
Esa fue exactamente mi reacción cerebral, emocional y física ante ese hecho catastrófico que, por unos segundos, amenazó con robarme la cordura y hacer que me lanzara al vacío desde mi ventana (obviando el hecho de que vivo en un bajo y que mi ventana tiene barrotes). ¿Por qué?
Pensé que, a dos días de presentar mi última novela al premio al que, por casualidad, y más porque me había dado tiempo a terminarla que porque realmente la hubiera escrito "para", había perdido el último manuscrito con las últimas correcciones.
Pero no, señoras y señores, uno tiene cola de zorro (interprétese como buenamente quiera cada uno) y recordó que tenía guardada esa última copia en la cuenta de correo. Cuenta de correo a la que no abrazó porque todavía no ha aprendido cómo abrazar a los entes no físicos, que si no, hasta le habría plantado un morreo que ni en una comedia romántica en su final de fade out.
Así que, sí, he mandado mi última novela a un premio. La verdad es que parto sin esperanza niguna, no porque no crea en la novela, porque no es así. De hecho, creo que es la primera novela de las que he escrito que ha acabado siendo la novela que yo tenía en la cabeza, la novela que quería escribir desde el principio y en la que no ha tenido lugar el desmadre habitual que suele reinar entre mis personajes cuando, de pronto, se me rebelan y dejan de ser lo que yo quiero que sean para ser la consecuencia de lo que yo he escrito que están siendo.
La novela ha tenido cierto éxito entre los círculos donde la he movido (qué interesante suena decir esto cuando lo que realmente quiero decir es que les ha gustado mucho a mis amigos, a mi novia y a mi agente) y, no sé, la quiero mucho (pensé en dormir todas las noches con una copia abrazada al pecho hasta que recordé mi propensión innata a cortarme con los folios y deseché la idea) y, sí, voy a arriesgarme a decir que creo que es una novela que cumple con los objetivos y con la premisa que me planteé al principio y que el tratamiento del tema es original y poco tratado (cosa fruto de una investigación -aquí viene Fer alardeando- de unos cuantos meses en los que disfruté casi tanto como escribiéndola).
El año pasado envié otra de mis novelas al mismo premio y, si bien no ganó, recibió críticas muy positivas por parte de la editora de la editorial (valga la redundancia, cómo odio hablar en claroscuros), a la que gustó mucho pero que desestimó por tratarse de una obra muy clásica.
Cosa que era, además.
Así que esa es la razón por la que he enviado la novela a ese premio, para ver si le gusta a esa buena señora que siempre forma parte del jurado. No tengo esperanzas, sobre todo, porque en ese premio abundan las obras realistas con un trasfondo social, y mi novela tiene cualquier cosa menos esas dos. Pero ¿quién sabe? A lo mejor eso es lo que la diferencia del resto...
4 comentarios:
Pase lo que pase con el concurso, tu novela es genial y me está encantando, y yo dejo la mitad de los libros en cuanto empiezo a encontrarlos aburridos xD
Toda la suerte del mundo; si no participas, no ganas y no recibes críticas positivas, di que sí.
Mucha suerte. Ya nos contarás.
Ays, qué bueno si ganarassssss
Espero que haya suerte con el premio y que lo consigas a pesar de tu falta de esperanzas, pero eso de dormir con ella... Habrá que ver qué piensa tu novia.
Un abrazo.
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