Bueno, desde ayer estoy oficialmente de vacaciones. No veía el momento en que llegara este momento y ahora es como si no fuera capaz de asumirlo. Comprendo perfectamente que es mucho más duro ser opositor que tribunal de oposición (no hace tanto que estuve del "otro lado") pero desde luego esta ha sido una experiencia más que agotadora mental, física, emocional y psicológicamente. Lo que está en juego para todos (un puesto de trabajo, credibilidad profesional, la inclusión de buenos profesionales en el sistema educativo...) es demasiado grande. El futuro, en definitiva.
Así que, sí, es duro. Por eso, porque sé que es duro y que una de las partes más duras para el opositor que no tiene éxito es no saber qué ha hecho mal y por qué ha fallado (es frustrante que uno se haya esforzado al máximo y acabe sin saber qué parte de ese esfuerzo ha dado sus frutos y qué no) y porque en este tiempo que ha durado el proceso las visitas a este blog han aumentado considerablemente a través de búsquedas en google de mi nombre desde Extremadura y porque muchos de los candidatos han incluído partes de literatura en sus exposiciones, intuyo que más de uno se ha pasado por aquí para conocer quién era el que tenía delante y cómo tenía que enfrentarse a él, invito a todo aquel a quien haya examinado y no sepa en qué ha fallado a que, cuando acabe finalmente todo el proceso y se sepan los resultados de forma oficial, me escriba un correo para preguntarme. Estaré encantado de ayudar, porque considero que esa es la continuación de mi labor. Al fin y al cabo, dedico una gran parte de las horas de mi día a la docencia y puede que esa experiencia ayude a otros que quieran dedicarse a lo mismo. Mi correo está en el perfil. Muchos me conocéis y habéis visto cómo nos hemos portado, así que no dudéis en preguntarme, estaré encantado de poder echaros una mano en la medida en que me sea posible.
He dicho.
Y ahora, al trapo. No he escrito nada. Pero nada con mayúsculas. Así: NADA. Y dudo que en los próximos días pueda hacerlo debido al cansancio mental del que estoy haciendo gala últimamente. Además, estoy enganchadísimo a Festín de cuervos del magnífico, maravilloso, genial, increíble y poco valorado fuera de su círculo (como muchos genios) George Martin (novela que ya empecé en inglés precisamente en el año de las oposiciones pero que, por el mismo tipo de agotamiento, preferí dejar porque estaba de inglés hasta las mismísimas pelotas. Así que no veo la hora de que llegue el momento piscina y yo pueda tumbarme a la bartola con mi librito y marcharme a Asshai o a Lannisport.
Espero volver a ponerme a la tarea en breve. Tengo una novela juvenil que me está encantando escribir a medias. Bueno, a medias es un decir, llevo poco más de la cuarta parte, pero estoy disfrutando tanto, tantísimo con ella, que quiero que se me quite el cansancio ya (para eso, he decidido darme un capricho y esta tarde voy a que me den un masaje oriental que acabe con todas mis jodidas contracturas de la espalda. La de sacrificios que tiene que hacer uno por la escritura...). Y como os he tenido muy abandonados, aquí va un pequeño avance de la novela.
...
...
El título. ¿Acaso pensáis que os iba a dar más? No, señores, que uno sigue siendo un poco pudoroso a pesar de toda la bilis que suelta en este blog. La novela se titulará Ne Obliviscaris (No me olvides) y ya tengo registrada la mitad en el registro intelectual, que como he mandado lo que llevo a algunas personas y uno, aparte de pudoroso, es desconfiado por naturaleza, pues no se fía mucho de la circulación de archivos por estas ondas y estos cables interneteros.
Y también le he mandado a mi agente la versión corregida (bueno, la primera versión corregida, que imagino que no se habrá terminado el proceso porque me conozco) de Equilátero y estoy que me muerdo las uñas porque hay días que sigo pensando que la novela es buena, que dice cosas interesantes y que tiene personajes apasionantes (¡cómo me quiero!) y días que pienso que he escrito un truño infumable de casi trescientas cincuenta páginas. En fin, qué dura es la vida del bipolar.
¡He vuelto!
Así que, sí, es duro. Por eso, porque sé que es duro y que una de las partes más duras para el opositor que no tiene éxito es no saber qué ha hecho mal y por qué ha fallado (es frustrante que uno se haya esforzado al máximo y acabe sin saber qué parte de ese esfuerzo ha dado sus frutos y qué no) y porque en este tiempo que ha durado el proceso las visitas a este blog han aumentado considerablemente a través de búsquedas en google de mi nombre desde Extremadura y porque muchos de los candidatos han incluído partes de literatura en sus exposiciones, intuyo que más de uno se ha pasado por aquí para conocer quién era el que tenía delante y cómo tenía que enfrentarse a él, invito a todo aquel a quien haya examinado y no sepa en qué ha fallado a que, cuando acabe finalmente todo el proceso y se sepan los resultados de forma oficial, me escriba un correo para preguntarme. Estaré encantado de ayudar, porque considero que esa es la continuación de mi labor. Al fin y al cabo, dedico una gran parte de las horas de mi día a la docencia y puede que esa experiencia ayude a otros que quieran dedicarse a lo mismo. Mi correo está en el perfil. Muchos me conocéis y habéis visto cómo nos hemos portado, así que no dudéis en preguntarme, estaré encantado de poder echaros una mano en la medida en que me sea posible.
He dicho.
Y ahora, al trapo. No he escrito nada. Pero nada con mayúsculas. Así: NADA. Y dudo que en los próximos días pueda hacerlo debido al cansancio mental del que estoy haciendo gala últimamente. Además, estoy enganchadísimo a Festín de cuervos del magnífico, maravilloso, genial, increíble y poco valorado fuera de su círculo (como muchos genios) George Martin (novela que ya empecé en inglés precisamente en el año de las oposiciones pero que, por el mismo tipo de agotamiento, preferí dejar porque estaba de inglés hasta las mismísimas pelotas. Así que no veo la hora de que llegue el momento piscina y yo pueda tumbarme a la bartola con mi librito y marcharme a Asshai o a Lannisport.
Espero volver a ponerme a la tarea en breve. Tengo una novela juvenil que me está encantando escribir a medias. Bueno, a medias es un decir, llevo poco más de la cuarta parte, pero estoy disfrutando tanto, tantísimo con ella, que quiero que se me quite el cansancio ya (para eso, he decidido darme un capricho y esta tarde voy a que me den un masaje oriental que acabe con todas mis jodidas contracturas de la espalda. La de sacrificios que tiene que hacer uno por la escritura...). Y como os he tenido muy abandonados, aquí va un pequeño avance de la novela.
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El título. ¿Acaso pensáis que os iba a dar más? No, señores, que uno sigue siendo un poco pudoroso a pesar de toda la bilis que suelta en este blog. La novela se titulará Ne Obliviscaris (No me olvides) y ya tengo registrada la mitad en el registro intelectual, que como he mandado lo que llevo a algunas personas y uno, aparte de pudoroso, es desconfiado por naturaleza, pues no se fía mucho de la circulación de archivos por estas ondas y estos cables interneteros.
Y también le he mandado a mi agente la versión corregida (bueno, la primera versión corregida, que imagino que no se habrá terminado el proceso porque me conozco) de Equilátero y estoy que me muerdo las uñas porque hay días que sigo pensando que la novela es buena, que dice cosas interesantes y que tiene personajes apasionantes (¡cómo me quiero!) y días que pienso que he escrito un truño infumable de casi trescientas cincuenta páginas. En fin, qué dura es la vida del bipolar.
¡He vuelto!
4 comentarios:
Felicidades por las vacaciones (yo llevo ya casi dos semanas que parecen cuatro, porque desde que se fueron los críos no se trabaja igual) y me alegro de tu vuelta. Da gusto ver que los miembros del tribunal de oposiciones se lo toman tan en serio como los que opositamos; yo estuve delante de uno el año pasado y cambia completamente tu forma de presentar el tema si del otro lado recibes una sonrisa de ánimo.
Hala, ponte a escribir, que ya estás tardando. Y no olvides disfrutar la lectura. Y el masaje, claro. ;-)
Todo el mundo debería poder ver la vida desde ambos lados, para darse cuenta de que lo que admira o desea también tiene sus inconvenientes.
Te deseo mucha suerte con equilátero y que esa novela de la que csi nos has contado la mitad (ja,ja) se ponga pronto en marcha.
Un abrazo.
Oh, pues Martin está (creo que sigue aquí; de Gijón se fue el jueves) ahora en España :D
Que pases un buen verano ;)
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