viernes, 30 de noviembre de 2007

Estrenándome

Hace un año fui a un curso sobre literatura y cine. Creo que fue una de las cosas más aburridas que he hecho nunca. Quizá fue porque mis expectativas eran muy altas, o porque, sobre todo, esperaba divertirme o algo así. Madre mía, ¡qué desfachatez! divertirme en un curso sobre dos de las cosas que más me gustan en el mundo. Si es que no aprendo... (claro, como no voy a cursos que me diviertan...)

Sin embargo recuerdo que en la ponencia sobre cine egipcio (¡cine egipcio!) la ponente dijo al terminar:

--Bueno, que sepáis que hay verdaderas joyas de cine en Egipto, lo que ocurre es que estas películas que os he puesto son las que el público demandaba.

Fue cuando descubrí que, efectivamente tal y como reza el título de este blog, yo no había nacido para ser culto. A mí no me habían parecido malos aquellos musicales de los años cincuenta, ni aquellos melodramas ni aquellas comedias. Eran simplemente lo que eran: musicales, melodramas y comedias.

¿Por qué tenían que ser malos?

El curso coincidió con una de las peores épocas del año pasado. Acababa de terminar de corregir mi primera novela, CarPa, y la estaba empezando a mover por editoriales y agencias. Sin obtener respuesta, claro. Imaginad cómo lo tiene que pasar alguien que es un profeso intolerante a la incertidumbre como yo. ¿Lo imagináis? ¿Sí? Pues peor, mucho peor porque encima no me veía capaz de escribir por todos estos motivos.

Fue un período lleno de dudas. Mi novela era una comedia, el humor formaba una parte fundamental en su estructura. Yo no decía frases lapidarias y nunca me había visto capaz de escribir algo, llamémosle, bonito o interesante (por decir algo). Y, claro, en ese período de no-escritura pero sí deseos de publicación, no tenía ni idea de qué tenía que hacer en ese momento. ¿Dejaba de escribir y me dedicaba, yo qué sé, a fruncir calcetines? Al fin y al cabo no estaba escribiendo y no me sentía capaz de hacerlo...

Entonces llegó aquel curso y aquella revelación:

Yo no había nacido para ser culto.

Me puse a escribir en cuanto llegué a casa. Era mayo del año 2007 y había comenzado Un tonto de capirote, el cuento que unos meses más tarde me daría el segundo premio en el VI Certamen cultural de jóvenes artistas Cáceres 2016, que puedes leer aquí.

Quizá yo no había nacido para ser culto, pero en contra de lo que aquella ponente decía, no todo acababa siendo una joya de la literatura y del cine. A esa chica se le había olvidado lo más importante: que todo eso de lo que hablaba tenía un fin primigenio que estaba por encima de su calidad o de sus supuestos quilates: la diversión.

Yo jamás he leído (al menos no cuando empecé a hacerlo) por la calidad literaria de una novela o un cuento. Cuando empecé a hacerlo lo hacía porque me encantaba, me divertía, adoraba leer historias. Si no me gustaban las dejaba. No fue hasta que no hice filología y después empecé a escribir de una manera más asidua que me fijé en el estilo literario, por poner un ejemplo.

Escribía porque me divertía, claro, si no ¿de qué? Nunca me he caracterizado por terminar o incluso empezar cosas que no me iban a proporcionar ni siquiera un poquititín de diversión. Pero más importante, yo escribía para divertir.

A muchos escritores se les ha olvidado que eso es lo que hace que alguien se acerque a su libro independientemente de cómo estén escritos. Uno empieza por ahí, después va subiendo. Quizá lo que tenía que plantearme era "para quién escribir". No me hizo falta pensarlo mucho, quería escribir para quien no solía leer.

Supongo que por eso mi primera novela es una comedia romántica totalmente cinematográfica y la segunda es una novela infantil. El problema de la tercera es que no sé qué es exactamente. Y por eso me está costando tanto, creo.

Pero como decía el sabio Ende, esa es otra historia y deberá ser contada en otra ocasión.


7 comentarios:

leo dijo...

Huy, qué ilusión me hace ser la primera que comento en este nuevo espacio tuyo. Me gusta también la idea de que nos cuentes más cosas de ti, además de lo que ya nos "cuentas". Así que te felicito por la iniciativa. Y por haberte estrenado de una manera tan brillante.
Además, me encanta lo que no naciste para ser culto. Olé.
Un abrazote, jefe.

Fernando Alcalá dijo...

y qué ilusión me hace a mí tenerte por aquí. Entre otras cosas descubriréis que soy un envidioso (es que ayer mismo también se creó un blog sobre escribir mi gran amiga Adhara -recomendación obligada- y, claro, yo no podía ser menos que ella y que todos vosotros a los que leo). Después de tres o cuatro años vuelvo a Blogger. Da vértigo pensar en la cantidad de cosas que han cambiado...

Un besote!

Anónimo dijo...

Se podría hacer un estudio sobre las palabrejas de verificación que hay que copiar en este lugar, madre mía.

Dicho lo cual, ¡ya puedo comentar! ¿Y ahora qué, exactamente, comento? Pues que iré un paso más adelante y diré que, cultureces a un lado, tú lo que has nacido es para ser friki, que lo sé yo. Y que escribir para divertir es el único fin que mola cantidubi por el que hacer el esfuerzo. Porque el resto de objetivos pueden estar presentes o no estarlo, pero en el momento en que no entretienes, has fallado a lo grande. Lo dice una lectora con menos paciencia para el aburrimiento que músculos en los brazos (algo que no viene al caso pero me tiene muy trastornada últimamente. ¡Quiero tener músculos como Helooooahh T_T!). Así que tienes mi más sincero aplauso por divertirte y divertir :)

Antonia Romero dijo...

¡Fer! No sabía que habías iniciado un nuevo espacio. Eso no se hace, hay que avisar a los colegas. Te diré que yo tampoco nací para ser culta, así que estamos iguales.

Un consejo: quita la verificación de palabra. Es un rollo y mucha gente se hecha para atrás a la hora de comentar. Además, si te entra mucho spam haz como que no te enteras.

Vendré a leerte cada semana espero que me tengas el café calentito y un sillón cómodo, no ese que le ofreces a tus amigotes.

Un beso

Fernando Alcalá dijo...

Seguiré tus consejos, Antonia, ¡gracias! Cuando me fui de blogger a LiveJournal no había tantas pijadas!! Ahora que he vuelto tengo que acostumbrarme de nuevo. Y no te preocupes, que dicen que hago un café estupendo, así que siéntate y ponte cómoda ;)

Carmen Fernández Etreros dijo...

Hola Fernando:

Acabo de descubrir tu blog. El post de inauguración me ha encantado. Esas jornadas de literatura y cine siempre son sorprendentes y eso que he participado en un montón...

Un besote, te enlazo y te seguiré leyendo,

Fernando Alcalá dijo...

Muchas gracias, Carmen. Me hace ilusión tenerte por aquí. Y tanto que se prestan a multitud de situaciones. Muchas aburridas, pero seguimos yendo a ese tipo de jornadas. Si es que no aprendemos... O sí, ¿quién sabe?