lunes, 1 de marzo de 2010

Pequeñas cosas

No soy economista, lo máximo que sé de dinero es lo que me cuesta llegar a fin de mes y lo que me gusta gastármelo (también sé un poco de recibos estratoféricos de gas natural, pero eso es otra historia), pero sé que estamos en crisis, nos lo repiten constantemente y yo me lo creo. Debemos de estarlo, yo qué sé.

No soy economista pero tengo dos dedos de frente y sé de lo que hay que quitar y dónde hay que ponerlo. No sé si saldremos de esta, quizá mi mundo es muy reducido y estoy equivocado en mi argumentación, pero creo que si hay algo en lo que, precisamente ahora, hay que invertir más es en educación.

Y en educación de verdad, no en ordenadores para cada alumno, no en campañitas que salen en la tele, no en becas que luego no acaban siéndolo, no en palabras vacías sin significado (qué pena que una palabra llegue a perder su significado).

Es una pena que el presupuesto que Educación vaya a dedicar en esos ordenadores para los alumnos sea tan desorbitado. En serio, cuando me he enterado esta mañana, casi me desmayo. ¿De qué van a servir? ¿Realmente es una medida tan urgente? Por supuesto que no voy a hablar de esto porque no es el lugar y estoy convencido de que la mayoría (de los que me leen, de los que no me leen, de los que me hablan, de los que no me hablan) sabe tan bien como yo que un aparato así, por muy útil que sea, no es lo primero que uno tiene que ver cuando llega a un centro educativo.

Hay muchas formas mucho más baratas de educar.

Y lo que es más triste: baratas y efectivas.

Disminuyan las ratios, señores (una ratio es el número de alumnos que hay por clase), aumenten la plantilla de profesores, aumenten las horas de idiomas, separen de nuevo la lengua de la literatura y fomenten algo el esfuerzo. El esfuerzo es humano, si algo nos cuesta trabajo, nos motivamos, si lo conseguimos, sabemos que ha merecido la pena. Si no nos cuesta trabajo, mostramos la mitad de interés en la tarea. Hay que educar en el esfuerzo, hay que aprender a esforzarse. En la vida, nada es fácil.

No sé, esas son las que se me ocurren para empezar.

Invirtamos en cultura.

Es un momento difícil para entrar en el mercado laboral, muchos de mis exalumnos abandonaron los estudios porque ganaban más poniendo ladrillos o trabajando en una hamburguesería (comprendo que 1000 euros cuando tienes dieciséis años es mucho dinero) pero ahora ¿qué? Están en la puerta del instituto porque no tienen dónde ir. Ya no pueden entrar. Pero es como si nunca hubieran salido porque tampoco han tenido acceso a otro sitio. O se les ha echado. O se les ha denegado la entrada.

Los políticos venden humo. Todos, sin excepción.

Y mientras tanto, el futuro pueblo, el pueblo que nos va a dirigir, el que va a decidir, se está educando en cosas vacías, pasa por la vida de puntillas y no aprende. Y, si no aprende, no sabe. Y, si no sabe, no elige bien.

¿Realmente a alguien le beneficia esto? ¿Es positivo que nadie sepa nada, que nadie juzgue nada, que nadie opine de nada porque no sabe opinar, ni interpretar la realidad de ninguna de las maneras?

Supongo que no hay nadie que responda con un "sí" a la pregunta anterior. Mucho menos los políticos, mucho menos los ideólogos.

Pero, da igual, mientras se gastan millonadas en ordenadores portátiles, hoy he recibido una carta del Ministerio de Cultura en la que se niega a mi centro el poder formar parte de los "Encuentros literarios en Institutos de Educación Secundaria" a través del cual queríamos traer a un escritor para celebrar el día del libro dentro del Plan de Fomento para la lectura debido a, cito textualmente, "las medidas adoptadas en el nuevo plan de austeridad del Ministerio de Cultura".

(¡Qué bonitos quedan los nombres en las páginas web! ¿verdad? Porque otra cosa yo no veo... Nombres)

¿Me puede decir alguien en qué tienen que gastarse el dinero los de ese Ministerio si no es para este tipo de cosas? Porque yo es que no lo entiendo.

Pero, da igual, mientras en los periódicos salga que nos dan ordenadores, que hay subvenciones estupendas para todas las cineastas femeninas (porque eso es lo importante, que seas mujer, no que hagas buenas películas) todos contentos.

Y, mientras tanto, son estas pequeñas cosas que, a priori, no interesan a nadie y de las que nadie se entera, las que van sufriendo los verdaderos vaivenes de esta crisis tan manida y de nombre tan vacío que ya harta y por la que nadie hace nada en condiciones y por la que sufren siempre los mismos.

A veces, sinceramente, creo que lo que se pretende actualmente es la verdadera alienación.

Y esa palabra, por lo menos a mí, sí que me da miedo.

No hay nada peor que un pueblo sin conciencia.

(perdonad el tono de la entrada de hoy, es que ni la he pensado, la he vomitado tal cual la he sentido al recibir la famosa carta de rechazo. Seguramente haya ideas inconexas y sin razonar que no he sabido enlazar bien, amén de un tono naïve que seguro que echa para atrás.

Está claro que mis alumnos no se van a quedar sin escritor (mi centro, afortunadamente, tiene fondos de sobra) pero sinceramente da miedo que se esté llegando a estos extremos y que se esté recortando de lo único de lo que no hay que recortar mientras se debate largamente acerca de recortes para los que todo el mundo está más que de acuerdo. Porque, por supuesto, la feria del libro de Cáceres también ha sufrido un recorte presupuestario pero, vamos, tampoco creo que lo notemos mucho, más mierda de lo que era no puede ser...)

(Al menos, en la página del ministerio, podrían anunciar que hay recorte presupuestario y que ya no se realizan los encuentros literarios, ¿no? Ah, claro, que mejor ese tipo de cosas, las ocultamos, pero que salgan los números -seguramente, maquillados, que yo también he hecho estadísticas para un organismo público, que fui becario, pero no gilipollas- de los balances de otros años)

15 comentarios:

Anyina Anyina dijo...

Qué pena, de verdad... La educación en España la verdad es que se nos está yendo a pique. Mi madre es profesora y yo siempre me enteraba de cosas de esas, pero últimamente me estoy asustando incluso más de la cuenta. Hace poco hablé con una amiga que está haciendo un módulo de educación infantil. Sus profesores son profesores de infantil (obviamente), ejerciendo en la actualidad y, por desgracia, son unos iletrados. Y lo digo con todas las letras (irónico, cuando menos jeje). I-le-tra-dos. ¿Cómo, si no, se le llama a un pofesor que te corrije en un examen "tuvo" (del verbo "tener") y te dice que esa "es una falta muy grave, porque es con B"? Mi amiga tuvo que ir a buscarlo al diccionario y enseñárselo. (Y pongo sólo ese ejemplo, pero me contó muchas cosas así, y peores...). Estos son los primeros resultados de un sistema de educación deficiente, en el que, como tú dices, no se fomenta la cultura. ¡Y lo peor es que esa gente está "educando" a las futuras generaciones"! ¡Es terrible!

Ruth dijo...

Completamente de acuerdo. Estoy de smartbooks y pizarras digitales hasta la cocorota, yo lo que quiero es que me permitan hacer un curso de reciclaje en euskera y que manden otra profa de inglés para poder librar más de dos horas a la semana y preparar una clase como dios manda. Pero no, los ordenadores primero...

Ikima dijo...

Yo creo que la alienación del pueblo al único que perjudica es al pueblo. Un pueblo sin conciencia es algo terrible y doloroso, pero sólo para sí mismo, y para aquellos individuos de las masas que nos paramos a pensar en todo esto por un momento y nos sentimos dolidos y engañados. En general, para los dirigentes, una masa aborregada y aletargada que ve programas del corazón es algo positivo. Positivo para sus intereses, que son siempre individuales y nunca colectivos. Creo sinceramente que hay mucha gente que se beneficia de la deficiencia educativa de España, aunque pueda sonar un poco a "teoría de la conspiración". Es así. Lo primero que hace una dictadura es negar el libre acceso a la cultura, el criterio propio. ¿Por qué un régimen dictatorial lo primero que censura es la creación artística y la educación? Porque le teme. Porque el conocimiento es poder en manos del pueblo, y eso no le conviene a ningún dirigente. Esos chavales que se creen los reyes del mambo por ganar 1000 euros mientras otros "pringados" estudian, son las primeras marionetas del sistema. A mí me da muchísima pena todo esto, y sobretodo lo primero que has comentado del esfuerzo, de la motivación. Alcanzar algo con nuestro sudor es una sensación tan maravillosa que no tiene igual, y se lo están perdiendo. Los momentos más felices de mi vida están siempre aparejados con momentos en los que he logrado algo que creía inalcanzable después de lucharlo con uñas y dientes. La crisis del esfuerzo es algo muy profundo, no sólo afecta a la cultura y al día a día, sino a la autosatisfacción de cada cual y, por tanto, a la felicidad. No creo que alguien que lo consiga todo con chasquear un dedo pueda ser feliz, nunca.

Y ahora perdona mi rollo inmenso, pero es que tu texto "vomitado" me ha contagiado y ha tocado una fibra sensible en mí :)

Little Miss Scare-All dijo...

Pedazo post, y no te disculpes por el tono, que, al fin y al cabo, ante situaciones así al final no nos queda más que ponernos de mala leche. Y poco más que añadir, estoy totalmente de acuerdo con tu indignación y con el comentario de Ikima...

carmen dijo...

Vomitas muy bien, Fernando. No dejes de hacerlo. Es así como se dicen las verdades, y salen los sentimientos. Tienes razón, es una verguenza.
Saludos indignados

Maripaz dijo...

Nos "educan" para producir y consumir bienes (en muchos casos yo los llamaría males)y servicios (muchos de ellos inservibles), no para pensar, ni siquiera para aprender. La mayoría de mis amigos no hablan inglés, pero nada, cero, a pesar de que se han pasado al menos diez años de su vida dando un par de clases semanales, este es nuestro sistema educativo. Vivimos en un mundo en el que se desprecia a quien produce alimentos y se deifica a verdaderos parásitos. Y todavía nos hacen creer que la raíz de los males de la sociedad está en bancos y burbujas inmobiliarias. Tú sigue poniendo tu granito de arena, Fer, no desesperes. Hazlo por nuestros chicos.

Ana Fdez. Gallego dijo...

Totally agree... Ya sabes, un pueblo sin sentido crítico y con poca cultura es más fácil de manipular.

Y como rezaba el chiste de los políticos que invertían más en las cárceles que en las escuelas: "¿es que tú piensas volver a la escuela?"

Aiss, pena y rabia es lo que da, sí.

Begoña Argallo dijo...

Cuando te presentes a político cuenta con mi voto, te sobran razones para todo lo que dices y además me alegro de que lo hayas dicho.
Se puede decir más alto pero no más claro, ni con mayor motivo. Saludos

daniel dijo...

tienes razón Fer fuera los ordenadores en los instutos y colegios etc...

Blanca Miosi dijo...

Al leerte me parece estar leyendo lo que sucede en Venezuela, por lo que deduzco entonces que la carencia es a nivel global.

Cada vez más gente, con menos posibilidades de una educación de excelencia.

Un abrazo,
Blanca

Anónimo dijo...

El lema es "crea borrregos y podrás hacer lo que quieras". Si no te formas piensas menos, si piensas menos, sigues a la masa, si sigues a la masa, estás controlado, harás lo que ellos quieran, es más, pensarás que lo quieres hacer tú mismo.

Ese es el tema. Cuando has mencionado la alineación, por ahí va la cosa.

Muy triste, pero lo están consiguiendo.
Así que sí hay gente que dice que sí a lo de que merezca la pena tener generaciones futuras "nulas".

Gina

///iguel Sandín dijo...

A las cosas por su nombre, Fer. No puedo estar más de cuerdo con tu entrada, que, si de algo peca, es de educada. Mis mejores maestros no fueron burócratas amorfos que rellenaban papeles (los tuve), sino personas cultas, inquietas, creativas, que fecundaban con su palabra y sus exigencias las zonas más fértiles de mi mente.

Maria Paula Villanueva dijo...

Fernando, soy una profesora de castellano y literatura argentina. En todas partes pasa lo mismo... tal vez sea el ser humano, simplemente, el que se degrada y la educación es un aspecto más. Ahora vivo en Italia y... más de lo mismo.
Pero nos salvará siempre el arte, inspirar al menos a uno de nuestros alumnos a encontrar un libro, ciertas palabras y sobre todo amor a ellas.
Mi blog es http://lunaalreves.blogspot.com
Espero que pases por mi casa de palabras.
Paula

Esther dijo...

Bueno, en Argentina hemos sabido enviar computadoras a escuelas que carecían de energía eléctrica… O se construyen laboratorios… que luego son transformados en cocinas y comedores escolares; o se construyen bibliotecas, que terminan siendo aulas, ¿y los libros? Bien gracias, no existen o quedan amontonados en algún sucuchito. Reflejan una de las tantas incapacidades del sistema educativo para generar políticas serias de desarrollo.

Fer, te dejo una frase muy conocida de Mariano Moreno (1778-1811), uno de los más lúcidos pensadores de la gesta de la independencia de mi país:
«Si los pueblos no se ilustran, si no se divulgan sus derechos, si cada hombre no conoce lo que puede, vale y debe, nuevas ilusiones sucederán a las antiguas y será tal vez nuestra suerte cambiar de tiranos sin destruir la tiranía».

Abrazos,
Esther

Fernando Alcalá dijo...

Anyina, no puedo estar más de acuerdo con tu comentario. Si yo te contara el nivel de inglés con el que suelen venir los niños de primaria al instituto... Aunque, afortunadamente, como en cualquier lugar, hay de todo y siempre te encuentras con profesionales excelentes en muchos sitios. ¡No desesperes!

Ay, Ruth, cómo te entiendo. Pero ¡cómo te entiendo!

¡Un aplauso a tu comentario, Ikima!

Violet, gracias por tu apoyo. Es que hay veces en las que lo único que nos queda es eso, "vomitar".

Muchas gracias por tu indignación compartida, Carmen, aunque no he podido evitar reírme ante eso de "vomitas muy bien". ¿Habrá realmente un arte del vómito?

Gracias, Maripaz, exactamente es eso: Nuestros chicos lo merecen.

Genial el chiste, Ana, y tristemente cierto.

Uy, Begoña, quita, quita, que los políticos se rascan la barriga y yo no sé qué es eso. Me agobiaría por tanto tiempo libre.

Daniel, como vuelvas a pedirme que te deje los ordenadores en una guardia, te recordaré lo que acabas de decirme.

Blanca, esa es la pena. Yo he contado mi experiencia, pero si nos juntáramos todos, veríamos que es igual en todas las partes del mundo.

Gina: Beeeeeeeeeeeeeeee!! (supongo que ese balido será el nuevo lenguaje universal)

///iguel, ahí has tocado un punto sensible: Exigencia. Esa cosa que ahora nos está vetada.

Muchas gracias, María Paula, por pasarte por aquí. Ten por seguro que te devolveré la visita.

ay, Esther, qué cita más apropiada. Qué pena que ocurran cosas como las que he contado o las que tú cuentas, da igual la parte del mundo en la que estemos.