martes, 14 de julio de 2009

Verano...

Que no postee no significa que no esté trabajando. De hecho, hace meses que quería comentaros algo pero soy demasiado supersticioso y me contaron tantas veces de pequeño el famoso cuento de la lechera que se me quedó enquistado, ahí, justo en la boca del estómago, donde las emociones se sienten mucho más intensamente y desde donde cumple su función, impidiendo que me eleve por encima de los edificios cual Peter Pan moderno y me mantenga con los pies sobre la tierra. Cosa que agradezco, porque tiendo demasiado a volar.

Pero, de todos modos, me he dado cuenta de que no puedo seguir así, con esta incomunicación excesiva. Mis miedos y reticencias me impiden hacer público cualquier avance, cualquier chorrada, por miedo a que se gafe y de ahí también el silencio.

El silencio, creo que es una de las cosas que me dan más miedo.

Pero, bueno, podemos hacer trampas al señor Murphy, esposo de la señora Gafe y contar un poquito, ¿no? Todo se solucionará con que yo olvide haber escrito esto y con que vosotros olvidéis haberlo leído. Fácil, ¿no?

Porque, sí, como ya os avanzaba en noviembre, parece que hay una editorial interesada en una de mis novelas. Y, sí, digo parece porque no me atrevo a decir nada hasta que no tenga nada firmado y sellado con cera.

La cosa se está alargando más de lo previsto debido a asuntos que dependen de mí y a asuntos que no son tanto de mi incumbencia: la fastidiosa crisis, las ventanas editoriales, que a fin de cuentas soy un desconocido y una editorial grande no deja de ser un negocio y debido a las circunstancias en las que nos encontramos, es mejor apostar por lo seguro... pero seguimos avanzando.

En enero hablé con el editor y me hizo varias sugerencias para la novela. Tengo que decir que acertó de pleno. La novela en cuestión era la primera infantil que escribía (y ya voy dando pistas) y no sabía muy bien cómo encajarla en un principio, qué podía poner, qué no, hasta dónde podía llegar y, la verdad, echando la vista atrás, puede que quedara un poco descafeinada. Así que las sugerencias del editor me vinieron de perlas para seguir trabajando en ella con un poco más de libertad.

Al par de meses creo que logré darle el enfoque que pedían y volvimos a enviársela cruzando los dedos, saltando a la pata coja con el pie derecho y cruzando los ojos también por si las moscas (con el consiguiente dolor de cabeza que da lo de ser bizco por un rato para un hipermetrópico -¿se dice así?- como yo).

Y volvieron a hacer un informe y volvieron a notar faltas, capítulos sobrantes y algo de incoherencia en dos personajes que, claro, con los cambios anteriores habían quedado un poco cojos.

La verdad es que lejos de incordiarme, que me hayan hecho nuevas sugerencias me ha motivado. Quiero decir, no sé, es un modo de trabajar diferente al que yo he llevado siempre, que me guío sobre todo por la intuición. Estoy aprendiendo muchísimo y le agradezco mucho al editor la paciencia, los consejos, el tacto... en fin, que sí, que sigo trabajando, que espero llegar a buen puerto y que, joe, estoy deseando poder deciros con letras de neón (para cuando eso ocurra seguro que hay una opción de blogger que permite ponerlas) que, por fin, la novelita se publica.

Mientras tanto, seguiremos trabajando porque es lo único que evita que la incertidumbre me coma las entrañas y mi futura hipoteca (si el banco dice que sí y el promotor inmobiliario no me ha engañado) se zampe mi hígado.

8 comentarios:

leo dijo...

Ays, qué cierto que el trabajo es lo único que alivia la incertidumbre.
Cruzo los dedos, Fer. Es muy buena señal, desde luego, que el editor se tome tantas molestias con tu novela. Aprovecha el momento para estrechar bien esos lazos.
¡¡Duro con ello!!
UN besote.

Ruth dijo...

¡Qué guay! Felicidades, felicidades, felicidades...

Felicidades, ¿por qué? Yo ya he olvidado lo que he leído...

P.D: ¿Editorial grande? Hostias, te veo en Planeta. Bueno, no, mejor Alfaguara.

Anónimo dijo...

IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Menuda sorpresa!!!
:_D
:*********************************
Gina

Roskat dijo...

Eso es buena señal: al menos, no te escriben un e-mail diciendo que han destruido el ejemplar y que no estaban interesados.

¿Qué editorial es?

Por cierto, es la primera vez que posteo. Un saludo!

Fernando Alcalá dijo...

Es que es lo único que logra darme sentido, leo. Además, que me hace sentir útil y lleno y divertido. Claro, este trabajo, dime ahora que vuelva al instituto antes de septiembre y la pedorreta que te haría se escucharía hasta en Tumbuctú!!

¿De qué estamos hablando, Ruth? No sé, no tengo ni idea.

Y Gin, no grites tan alto, recuerda que no hay nada firmado ni nada y soy un supersticioso de cuidado, así que tú no has leído nada.

Muchas gracias por pasarte, Roskat. El caso es que me suena tu nick de haberlo leído antes en algún sitio y no caigo ahora. ¿De qué puede ser? Y lo del nombre de la editorial me lo reservo, ya sabes, ¿para qué vamos a dar detalles si al final se conjugan los astros y la cosa queda en agua de borrajas?

///iguel dijo...

Ojalá la cosa llegue a buen puerto. Los profanos ven este mundillo de una manera bastante idílica, pero desde dentro el asunto resulta más turbio. Me alegro de que tengas suerte con el editor. En mis primeras galeradas pretendieron reformular la mitad de mis comas, rompiendo todo el ritmo de mi estilo.
En fin, no recuerdo de qué hablábamos, pero suerte.
Con la hipoteca, también.
Un abrazo.

Christian dijo...

Dios mío, dos posts casi seguidos. Fer, estoy orgulloso ;)

Ahora mismo me resulta complicadísimo escribir porque tengo los dedos cruzados para que todo te vaya de cine, así que no me extenderé más. ¡Suerte!

Maritornes dijo...

Ay diosmíodemividaydemicorazón.¿No será la editorial que me da de comer? (Como has dicho que es literatura infantil...). Tú dímelo, que entonces no tienes que preocuparte de nada, Fer. Aunque ahora que lo pienso, no creo, porque no existen editores donde yo trabajo: son todo editoras.
Consejos:
Se trata de algo para otoño o invierno (ahora es mala época para publicar autores nuevos), así que ten paciencia.
Haz caso a todo lo que te diga el editor, siempre que sea razonable y no desvirtúe tu obra.
Saldrá bien.