miércoles, 24 de diciembre de 2008

Existo.

Doy fe. Doy fe de que existo porque he sobrevivido a tres cenas seguidas. El cerebro todavía me sigue chillando y gimiendo y pidiendo agua porque todas mis energías deben de estar trabajando para eliminar los restos de alcohol de mi cuerpo pero, en fin, alguien me dijo una vez que si no bebía, no fumaba, no salía ni follaba para qué quería ser escritor si de esa manera me perdía lo más importante. Así que, qué queréis que os diga, desde entonces hago todo lo posible por seguir alimentando la leyenda. No me miréis mal. Lo hago única y exclusivamente por el oficio.

Que paséis unas estupendas vacaciones de navidad. Tengo cosas que contaros (buenas) pero me temo que tendrán que esperar hasta el año 2009.

Antes, aunque quisiera, tengo que seguir alimentando al monstruo de escritor que llevo dentro (ja) y tengo que continuar poniendo en práctica ese sabio consejo que me dieron hace un tiempo y que yo os he transmitido gratuitamente y sin hipotecar.

Un abrazo a todos.

domingo, 7 de diciembre de 2008

Después de un año

Cuando alguien tiene algo que contar y no puede hacerlo da la sensación de que, entonces, no tiene nada que contar. O al menos eso me pasa a mí ahora, que no me siento nada interesante ni divertido pero al mismo tiempo, después de pasarme un mes donde la única obsesión permitida ha sido la escritura, me siguen picando los dedos y siento una punzada en el estómago que me indica que, a cada hora que pasa, me falta algo.

Pero de todos modos, quería celebrar con vosotros que este blog cumple un año y de que, mira, después de todo este tiempo no me arrepiento en absoluto de haberlo abierto. Al principio tuve mis reticencias. Suelo ser una persona muy exigente y sabía, sabía, que en cuanto tuviera cierta trayectoria me iba a obligar a hacer entradas sesudas y de contenidos. contundentes Afortunadamente no ha sido así y después de un año sigo ratificándome en eso de que yo no he nacido para ser culto.

Y cada día me ratifico más.

La cultura no tiene que estar en manos de unos pocos para que se alcen con ella como únicos estandartes de la misma. No, me niego a que sea así, porque los guetos no me han gustado nunca por mucho que esté de acuerdo con el contenido (que no el continente). Yo nunca habría podido nacer para ser culto porque lo de pensar y buscarle las tres patas al gato siempre me ha aburrido soberanamente y desde luego que pienso que la cultura tiene que hacer cualquier cosa menos aburrir (eso tampoco quiere decir que cualquier cosa que divierta sea cultura, no nos pasemos) pero comprendedme que hoy sea domingo, que mi cerebro ande de puente, que mis neuronas sigan cansadas por el NaNoWriMo y que a mí no me apetezca desarrollar esta idea.

Solo quería desearme un feliz cumpleaños. O lo que sea esto.