Historias transparentes que se leen en unos minutos pueden tener profundidades y matices que no agota ninguna lectura; otras parece que solo se nos entregan después de un largo asedio, exigiéndonos una atención obstinada y ferviente, revelándose de pronto en su intensidad cegadora. Los muertos se lee en un viaje corto con una placidez estremecida de melancolía: El ruido y la furia solo empieza a penetrarse después de leerla dos veces. Una requiere claridad y sugerencia: la otra tinieblas, arrebato y delirio. Que una obra de arte tenga mucho éxito dice tan poco sobre ella como que no tenga ninguno. John Coltrane urdió algunas de sus improvisaciones más desaforadas sobre un vals tan inmensamente popular como My favorite things. Bajo el volcán estuvo una o dos semanas en la lista de los lisbros más vendidos del New York York Times.
Que cada uno haga su trabajo, puies, según pedía Camus, como sepa o como pueda, porque más allá de la página y del gusto o el desaliento de escribir no hay nada seguro, ni la calidad de lo que hacemos, ni la resonancia que tendrá. Solo dos cosas son ciertas para casi todos los que nos dedicamos a este oficio: nunca venderemos ni una ínfima parte de lo que vende Ruiz Zafón; nunca nos consagrarán tantas tesis doctorales, congresos, homenajes, como a Juan Goytisolo.
Sobra todo lo que yo pueda decir cuando leo algo y me pongo tan absolutamente feliz como cuando leí este artículo de Antonio Muñoz Molina en el Babelia del Sábado. A veces es que hasta pienso que el mundo no está acabado si exixten opiniones como esta.
O como cuando leí el de Javier Marías el domingo (gracias a Adhara) y descansé. Era domingo, ¿acaso esperabais que hiciera otra cosa?
4 comentarios:
Vaya tela, Fer. Cuántas cositas condensadas en una sola entrada.
El artículo de Muñoz Molina me ha encantado, me ha hecho pensar y desear de corazón permanecer en la sombra del grueso del pelotón. Para poder seguir escribiendo e imitando a quien me apetezca. Por cierto que me parece una verdad muy grande que suelen gustarnos quienes consideramos que se parecen a nosotros; sucede no sólo en la literatura.
Con respecto a Marías... sólo puedo reiterar que no le soporto, que me parece un engreído petulante atrapado en su púlpito. Y eso a pesar de que nunca le expresé mi admiración ;)).
Me han gustado las dos, tanto la cita que... citas (ha sido un día muy largo, acéptame las redundancias, porfa) como el artículo al que nos diriges.
Yo sigo pensando que a cada uno le gusta lo que le gusta, que no tiene por qué seguir a la masa, o sí, y que a veces los superventas son buenos, otras malos y otras estupendos para unos y pésimos para otros. Todo depende, que decía el otro.
Me han gustdo ambos articulos pero me ha hecho pensar el de Muñoz Molina. Es cierto que valoramos lo que se nos asemeja y deberíamos aprender de lo que se nos aleja. Es un buen ejercicio de modestia y que nos ayudaría. Siempre critico a los exhaustivos porque soy una trepidante. Se ha acabado. Lo voy a intentar desde ahora mismo.
Gracias Fernando.
Carmen
Me he dado una vuelta por los últimos textos...a mi de los talleres me hacía gracia esa pregunta que te hacían al principio. ¿Por qué escribes?
Vya yo te digo, escribe, escribe, que es un placer leerte
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