Algún día tenía que ser el que acabara participando en uno de esos certámenes literarios que proliferan por estas fechas por la proximidad de San Valentín en nuestros calendarios.
Eso hice, participé en el certamen "Del amor y otros relatos" de Almendralejo y resulta que he ganado uno de los Accésits que concedían. 150 euros en talones de bancotel que no me van a venir nada mal dado que en un par de semanas vuelvo a embarcar hacia tierras escocesas con la mejor de las compañías.
La verdad, no me lo esperaba. No suelo encajar en este tipo de certámenes porque no suelo escribir sobre, digamos, algo así tan etéreo como "el amor". No me sale. Me acaba venciendo mi vena irónica y sarcástica y, claro, suelo cargarme la atmósfera. ¿Qué le vamos a hacer? Al final, va a ser que es cierto, para lo único para lo que sirvo es para escribir porno (o un relato semierótico, como el caso que nos ocupa). En fin, sea por las razones que sean, que me den una noticia así un viernes me parece la mejor manera de empezar el fin de semana y pienso celebrarlo a vuestra salud y a la mía (o eso haría si no estuviera con una especie de virus estomacal que me tiene jodidillo, pero esa es otra historia y, como diría el gran Ende, será contada en otra ocasión. O mejor nunca, que no creo que os haga ilusión saber el color de mis vómitos. ¿O sí? Ya se sabe, hay gente muy rara por Internet...)
Os lo dejo por aquí, por si os apetece leerlo.
Eso hice, participé en el certamen "Del amor y otros relatos" de Almendralejo y resulta que he ganado uno de los Accésits que concedían. 150 euros en talones de bancotel que no me van a venir nada mal dado que en un par de semanas vuelvo a embarcar hacia tierras escocesas con la mejor de las compañías.
La verdad, no me lo esperaba. No suelo encajar en este tipo de certámenes porque no suelo escribir sobre, digamos, algo así tan etéreo como "el amor". No me sale. Me acaba venciendo mi vena irónica y sarcástica y, claro, suelo cargarme la atmósfera. ¿Qué le vamos a hacer? Al final, va a ser que es cierto, para lo único para lo que sirvo es para escribir porno (o un relato semierótico, como el caso que nos ocupa). En fin, sea por las razones que sean, que me den una noticia así un viernes me parece la mejor manera de empezar el fin de semana y pienso celebrarlo a vuestra salud y a la mía (o eso haría si no estuviera con una especie de virus estomacal que me tiene jodidillo, pero esa es otra historia y, como diría el gran Ende, será contada en otra ocasión. O mejor nunca, que no creo que os haga ilusión saber el color de mis vómitos. ¿O sí? Ya se sabe, hay gente muy rara por Internet...)
Os lo dejo por aquí, por si os apetece leerlo.
6 comentarios:
¡Felicidades! Oye, tú y yo tenemos que hablar sobre Escocia, que estoy preparando un viajecillo para abril pero no conozco la zona y no sé qué no debo perderme (aparte de la cafetería donde nuestra querida J.K. empezó a hacer de las suyas). Ya hablaremos.
Muchas felicidades, Fer.
(Gracias por la recomendación del blog de traducción. Añadido a mi lista de feeds queda.)
Muchas felicidades, guapetón. Voy a pinchar en el enlace y a leer el relato.
Menudo subidón, ¿eh? Has empezado el año fuerrrrrrrrte.
Un besote.
Muchas felicidades y feliz viaje a Escocia.
Muchas gracias, Ruth, y cuando quieras hablamos de lo de Escocia. Además, me acordé de ti mientras tomaba un cafetito en The Elephant House.
Muchísimas gracias, Enrique.
Ay, Leo, que te tengo medio abandonada, pero es que tus entradas me gusta leerlas despacio para saborearlas y ultimamente voy tan de culo que casi ni tiempo tengo para sentarme en el ordenador. Bueno, al ordenador, que si me siento en él, seguro que me lo cargo.
Y gracias a ti también, Bea, con tus buenos deseos acerca del viaje, me lo he acabado pasando teta, como dicen mis alumnos.
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