domingo, 20 de diciembre de 2009

El del ego!



O también aquel en el que la palabra divertido es la única que recuerdas del diccionario.

O en el que la palabra "emblemático" quería decir "enciclopédico".

Es decir, podríamos titular esta entrada como "el arte de quedarse en blanco delante de una cámara" porque el día que el programa Conecta-t de Canal Extremadura se puso en contacto conmigo para hacerme una entrevista acerca de mi blog, me pareció algo tan surrealista que nunca pensé en mi pánico escénico hasta que no estuve delante de la cámara.

Pero, en fin, el ego es el ego y a pesar de la vergüenza que me dio verme ayer en la tele, aquí os la dejo. No os perdáis alguna aparición estelar de algunos de vosotros!!

sábado, 19 de diciembre de 2009

Enganchado

Cualquiera al que le diga que estoy enganchado al libro de Navokob, Curso de literatura europea, seguramente piense que soy un friki de las letras y que no merezco vivir o algo. Que, vale, puede que ambas cosas sean ciertas pero es que, joe, página a página el libro me va emocionando. Solo la introducción ya merece la pena.

Me da rabia. Me da rabia porque yo hice filología inglesa por la literatura, por Dickens, por Stoker y por Cumbres borrascosas, que era lo que conocía de literatura inglesa cuando la empecé. Y cuando la terminé, sí, conocía muchos más libros y autores y los había leído pero no encontré ni pizca de la pasión, el talento didáctico y la emoción que me han transmitido las pocas páginas que llevo del libro de marras.

Vale que ninguno de mis profesores de la facultad era Vladimir Navokob (ya me habría gustado a mí y, supongo, ya les habría gustado a ellos) pero es que, no sé, no hubo ni una pizca de eso, de pasión, en ninguna de las putas clases de la carrera. En ninguna.

Las asignaturas de literatura (y sin haberlo pensado he hecho un pareado) (bueno, dos, pero este está más manido que cierta parte de mi anatomía) parecían un mero trámite por el que había que pasar. Y cuanto más rápido, mejor. Jamás vi a uno solo de mis profesores en ninguna de las obras de teatro de su idolatrado Shakespeare que cada año venían al festival de teatro clásico de Cáceres. Curioso, ¿verdad?

Así que no puedo evitar cabrearme al estar leyendo este libro y encontrar lo que yo había estado buscando cuando me inscribí en la carrera que después iba a acabar dándome de comer. Una mierda, la verdad. Tengo la sensación de haber estado perdiendo mi tiempo allí, de no haber aprendido nada (hay salvedades, por supuesto, pero pocas y las asignaturas que son, son prácticamente de los dos únicos profesores que llegaron a llegarme).

En fin, el autodidactismo (¿esto existe?) nunca ha estado más de moda que ahora.

(otro pareado, estoy hoy que parto la pana)

A seguir con el libro.

(Si las pelusas que rondan mi casa me dejan)

PD: No pongo ninguna cita del libro porque si tuviera que elegir, elegiría un par de cada página y no tengo espíritu ni ganas ni filantropía para copiar tanto.

jueves, 3 de diciembre de 2009

Fracaso absoluto

Pues sí, a veces hay que reconocerlo. El NaNo ha sido un total fail (se escucha un abucheo por toda la sala). Fue un fracaso total en cuanto a palabras escritas. Me he quedado en 27.987 de 50.000, poco más de la mitad, seguramente mi adorado Chris Baty haya pegado una foto mía delante de una diana y esté ensayando con sus dardos. Porque sí, ya que uno decide seguir una religión y decide hacerse con un gurú, lo que no puede hacer es no dedicarle el tiempo, ni la razón, ni el corazón ni la pasión suficientes. Es como si... no sé, un católico empedernido se olvidara de la Semana Santa o como si un ferviente musulmán pasara del Ramadán o como si, no sé, como si Tom Cruise no se comiera la placenta de su siguiente hijo.

Así que se lo permito. Se lo permito a ustedes también, señores. Fustíguenme, escúpanme cuando vaya por la calle, díganselo a sus amigos, a sus familiares, díganlo en la tele. Me lo merezco, merezco caminar por la calle y que me señalen con el dedo, merezco los cuchicheos, las miraditas de soslayo, las risas y las carcajadas a mis espaldas. Me lo merezco y acepto con orgullo mi penitencia.

No se puede seguir una religión y no practicarla.

Eso sí, pienso resarcirme dedicándole más tiempo a esta novela. Pero resarcirme de verdad, a conciencia, porque hay divertimentos que solo se pueden disfrutar a través de la literatura, mucho más cuando estás escribiendo una novela erótica, mucho más cuando esa novela erótica la está escribiendo una mente tan perversa como la mía. O ¿qué coño? Si no hay nada mejor para comprender lo que uno está escribiendo que ponerlo en práctica. Definitivamente, el mejor modo de hacer penitencia.

¿Qué pasa? Cada uno elige la religión que quiere...